Libro Cure su Artritis de Ricardo Palmer

De Ricardo Palmer

- Profesional de la Salud -
Autor de "Cure Su Artritis™"

Está Usted Cansado De…
   
… no poder levantarse de su cama por las mañanas, debido al dolor que sufre en sus piernas y manos?
   
… no poder realizar tareas cotidianas como escribir en la computadora o incluso atarse los cordones de los zapatos?
   
… no poder disfrutar de sus deportes favoritos, o de pasar más tiempo con sus hijos o nietos por los constantes dolores?


¿Siente que su vida no puede seguir de esta manera? ¿No tiene ganas de levantarse por las mañanas? ¿Ha dejado de disfrutar las cosas que antes le divertían?

Esto es todo lo que la artritis hace por usted. Simplemente lo DESGASTA. Los dolores hacen que todo cueste mucho más, que el simple hecho de abrir un grifo sea una hazaña.



   
Gastar miles de dólares al año en medicamentos que lo único que hacían era adormecerlo, sin curar sus dolores
   
Terapia física, cuyos dolores son insoportables y no logran mayores resultados
   
Realizar dietas específicas que lo que lograban era privarlo de sus  comidas favoritas, sin aliviar ningún dolor
    Su casa parece una sucursal de una farmacia entre todos los costosos suplementos, vitaminas y píldoras que ha comprado sin saber bien cuáles eran sus supuestos beneficios



Es frustrante cuando uno prueba todas las “soluciones” que brinda el mercado, y nada parece cambiar.
Los resultados nunca llegan, cada vez gastamos más dinero y los dolores solo empeoran.

Todo Esto Está a Punto de Cambiar…



Mi nombre es Ricardo Palmer, y sé lo que usted está sufriendo. Tengo 63 años y me diagnosticaron artritis prematura hace casi 30 años.

No sabía de qué se trataba mi enfermedad, pero sí estaba consciente de los constantes dolores a los que me estaba enfrentando diariamente.

Cuando uno es joven, piensa que esas son cosas que les suceden a otras personas, pero esta vez estaba equivocado, lamentablemente. El dolor comenzó de un día para otro, sin avisar.

Un día quise levantarme de la cama, y no pude. Mis rodillas me “quemaban”. Sentía un dolor terrible en todas mis articulaciones. Al principio no le di mucha importancia, pero cuando los dolores comenzaron a ser cada vez más fuertes, comencé a preocuparme.

Comencé a hacer un tratamiento, con el que obtuve resultados muy pobres, a pesar de haber invertido grandes cantidades de dinero.

A medida que los años pasaban, mis dolores empeoraban. Tenía 40 años pero mi cuerpo me demostraba una edad mucho más avanzada.  La artritis se había apoderado de mi vida.

El dolor me acompañaba durante todo el día. Desde que me levantaba hasta que me acostaba. Me costaba vestirme, manejar, ni hablar de practicar mis deportes favoritos. Estaba condenado.


El problema se trasladó a mi trabajo. Mi velocidad de para escribir en la computadora ya no era la misma, y mis dolores hacían que me ausentara cada vez más seguido. Estaba agotando la paciencia de mi jefe, hasta que un día su paciencia se agotó y decidieron despedirme.

Tenía 50 años, estaba sin trabajo y no podía con mi cuerpo. Me dolía vivir. Me sumergí en una oscura depresión.

No salía de mi casa. Difícilmente me levantaba de la cama. Mi esposa e hijos estaban extremadamente preocupados. No encontrábamos una salida. 

Los medicamentos ya no surtían efecto. Lo único que hacían era provocarme cansancio, y ganas de dormir. Pero el dolor no se iba.



artritis dolorosaYa no podía responderle a mi esposa en la intimidad, y eso era otro condimento que hacía que mi vida fuese todavía más miserable.

Un día, decidí que mi vida debía dar un vuelco. No podía seguir así. No podía dejarme vencer por esta dolencia. Mi familia no se merecía esto. Yo no me merecía esto.

Junté fuerzas de donde realmente no las tenía y decidí combatir mi problema. No sabía muy bien por dónde comenzar, pero sabía adónde quería llegar: encontrar una solución para la artritis.

Empecé a leer, a investigar y a averiguar todo lo que pudiera saber de la enfermedad. Entrevisté médicos, personas mayores afectadas, “jóvenes” con mi mismo problema. Poco a poco iba descubriendo cosas nuevas de esta patología, que me acercaban cada vez más a una solución.

Para mi sorpresa, MUCHA gente sufre de artritis. Este problema no discrimina edad ni sexo, y sus efectos son muy variados, y en todos los casos, muy dolorosos.



Empecé a investigar acerca de la artritis alrededor del mundo. Los números son realmente sorprendentes. La artritis es actualmente la enfermedad número 1 más común en el mundo occidental, dejando de lado las enfermedades del corazón y la diabetes. Los Centros para el Control de Enfermedades informan que 1 de cada 6 personas tiene artritis. Son 46 millones de personas (solo en Estados Unidos) que sufren como usted, y como lo hacía yo.

Otro dato que llamó poderosamente la atención fue que la artritis no afecta a todos los países de la misma manera. La artritis es totalmente desconocida en países como Japón, a pesar de que tienen más personas mayores "en riesgo" que los países occidentales. De hecho, muchos idiomas asiáticos ni siquiera tienen una palabra para denominar a la "artritis".

Aquí es donde debía enfocar mi investigación, y eso fue lo que hice. Luego de muchos meses de investigación, que incluyeron 2 viajes a Japón y 1 a China, llegué a la solución que había estado buscando por tanto tiempo.

Decidí poner en práctica todos los conocimientos que había adquirido, y quien mejor para probarlos que yo?! Eso fue lo que hice.



Comencé el tratamiento y a los pocos días ya pude ver los resultados. Mis articulaciones respondían como hacía años no lo hacían. Mis dolores de piernas se aliviaban con el correr de los días. Ya no me dolía vivir.

Al cabo de 3 semanas, los dolores habían desaparecido por completo. Estaba lleno de energía y con una vitalidad envidiable.

Mi mejora estaba a la vista. Mi familia y mis amigos no podían creer cómo podía haber mejorado de manera tan radical en tan poco tiempo. Para serles sincero, yo tampoco podía creerlo.

Pero ¿qué debía hacer ahora? ¿Cómo debía seguir con esto? Quería ayudar a la gente, pero realmente no sabía cómo hacerlo. El método había funcionado conmigo, pero no sabía si lo haría con los demás.

Comencé a probar mi tratamiento en las personas que ya había entrevistado y habían mostrado una buena predisposición. Los resultados fueron sorprendentes.

No importaba el sexo, la edad o la gravedad de las dolencias, el método realmente funcionaba.


Poco a poco empezó a correrse la voz acerca del tratamiento y la gente empezó a agruparse en mi casa. Todos los días se acercaban muchas personas para conocer “el secreto”. Así es como lo llamaban.

Fue allí en donde decidí que debía hacer conocer este tratamiento. Tenía que parar con la dolencia de millones de personas. Debía hacer de este sistema algo masivo.

De esta manera creé el libro más eficaz que jamás se haya escrito para curar la artritis, de manera natural y en menos de 3 semanas.


Las personas que lo probaron, realmente lo recomiendan. La tasa de éxito es del 96%. Esto quiere decir que cada 100 personas que lo probaron, 96 curaron sus dolencias causadas por la artritis.

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